Hoy es el primer día del año, prohibición absoluta de la tristeza;

Sin embargo, me siento triste.

Y eso me hace más humano que poeta.

 

¿Qué voy a saber yo de la tristeza?

 

La tristeza poética tiene una forma;

Un origen; Un cuerpo moldeable;

Es: Ese vestido corto que esconde lencería negra:

Dañina; Perversa; Seductora…

 

La tristeza humana es un vórtice de abstracción.

Aborigen; Mortal;

Fantasmagórico agujero negro infinito;

Es: Un verso, uno incomprensible; Un cronopio.

Impredecible; Misteriosa; Melancólica.

 

¿Qué voy a saber yo de manejar la pena?

Yo no sé más de la tristeza por ser poeta.

Soy igual de triste que ustedes.

 

Para la tristeza poética

Soy un amo; Un conquistador.

La eterna deidad que crea.

Soy su salida.

 

Para la tristeza humana,

No soy más que un sumiso; Un sometido;

El efímero mortal que se arrodilla en la plegaria.

Soy su lágrima.

 

Para la tristeza poética

La poesía son efectos especiales.

 

En cambio, para la tristeza humana

La poesía es un inmenso y confuso manojo de llaves

En un infinito laberinto de puertas,

En las que ninguna tiene cerrojo.