Metáfora
A veces viajo en bus a la eterna reflexión,
Mientras me envuelven los alaridos de la ciudad;
La tos fumadora de los coches;
Los diálogos sustanciales de los pasajeros;
Banalidades.
No soy yo quién viaja
Entre barras y asientos.
Es mi carne;
Mi cárcel;
Mi humanidad menos poética.
La divinidad de mi consciencia
En cambio,
Viaja a tierra inexplicables;
Vírgenes senderos de la mente;
Almacenes de terribles palabras;
Rosales de pequeños príncipes;
Al cosmos de la letra y los grandes temas.
El vacío del espacio abriga mi arte.
La desolación de la desolación.
La introspección más ensimismada.
El infinito viaje al pensamiento.
Cuando abras los ojos e ilumines las estrellas:
Mi arte no será nada.
Cuando cierres los ojos y el universo estalle:
Mi arte no será nada.
Mientras tanto,
Pienso. Pienso. Pienso.
Siendo cada vez más diminuto,
Y más inmensas mis galaxias mentales.
Límite de límites.
Umbral del todo.
Punto inflexivo de la nada.
Ahí.
Donde los enigmas se desarman.
La existencia;
La vida;
El arte. Mi arte.
Pierden su magia.
Los grandes temas se desploman.
El arte. Mi arte.
Es;
Pero no será nada.
Al final, suena el timbre de que bajo
En la próxima parada.
Y el cosmos; El universo.
La vida; La muerte; La existencia.
El arte. Mi arte. Los grandes temas.
Incluso yo,
No somos más que una metáfora.