El desierto de tu espalda

Merodeo sin rumbo
En kilométricos paramos inhóspitos.
Soy un beduino vagando en el desierto de tu espalda.
Varado en tus pieles movedizas.
Varado en la arenisca de tu tiempo.
Perdido en la arena de tus infinitos.
Buscando ser brisa;
O huella.

Asolado por tus soles.
Insolado por tus ojos.
Me arrastro entre espejismos.
Buscando apagar mi sequedad;
Mi soledad.
Buscando tu sed cristalina
Escondida en el oasis de tus labios.

En el horizonte de tus parpados anochece.
Pero tu piel no se enfría.
Cuarzo cálido; Hogareño.
Íntimo.
Me hundo en tus médanos.
Me refugio en tus dunas
Para pasar la noche; el verano;
La vida.
Ahí, donde mi sueño, sueña.

Tus suspiros respiran en el simud.
Tus lagrimas desbordan Nilos.

Me guían las estrellas de tu amplio cosmos.
Contemplo obnubilado las nebulosas
Camufladas en tus lunares.
Deambulo por el borde del orbe.
Tu piel rizada.
Ondulaciones del tiempo;
del polvo.
Estrías del universo.
Surcos y rastros del aliciente de tu voz.

Me guían los pálpitos; los estruendos.
De un tesoro enterrado
En templos y laberintos sepultados.
Alimentado por leyendas antiguas;
Profecías de amores no correspondidos.
Me abre las puertas a la eternidad.

Humaniza el polvo; la arena.
Tu figura. Divinidad.
Titánica; Faraónica.
Por favor
Desertifícame.