Inseguridades
*Nota de voz.
‘Hola Alma.
Ya sé.
Ya sé que no tiene ningún sentido que te mandé un audio cuando hace treinta y siete minutos me echaste de casa. Ya sé que tenías razón, pero no te la podía dar, entendeme; en el velorio de nuestra relación no podía regalarte la última discusión, sabiendo que las anteriores, las perdí todas. Igualmente concuerdo, la relación no daba para más y la verdad, no quiero hablar de esos cadáveres, aunque cuando bajé por el ascensor; en el piso cinco; se me ocurrieron mejores cosas para decirte, pero no quiero ser hiriente, no te guardo rencor. Te acepto; nos aceptó así, distantes.
Ya sé, fui yo. Yo y mis inseguridades, me superaron. Es imposible amar con miedo y más cuando es el amor el que te asusta ¿Qué iba a hacer? Sí la veía venir en mil futuros distintos, éramos tan dispares ¿Te acordas que yo te ordenaba los libros, uno por uno, en orden alfabético? Y vos, que amabas dejar la ropa desperdigada por toda la casa, como tu símbolo propio de libertad. Mira qué curioso che, fue esa misma previsión la que nos consumió, o bueno, la que me consumió. El estar tan pendiente del susto, qué cuando llega, te asustas, porqué no sabes que hacer.
Ya sé, es algo que tengo que trabajar, aprender a vivir en la intranquilidad, sabiendo que el amor siempre está fuera de la zona de confort. Primero tengo que aceptar que soy un inseguro y después intentar…No sé; bueno, no importa. Vamos a lo importante del luto de nuestra relación: Por favor ¿Podes fijarte si antes de irme apagué la cafetera y saqué las tostadas?’